No te voy a decir que tú puedes, que la alegría debería ser la emoción reina de la fiesta ni que el mundo es maravilloso. Lo fundamental es que te des la oportunidad de valorarte. ¿Empezamos por un espacio, por un momento? En él habrá mucho arte: libros, películas, charlas, cuadros, música… También mucho cuerpo: tensiones, posturas, voz, velocidades, respiraciones, quietudes… Y heridas. No hay alegría que emane si no nos desembozamos de lágrimas, de silencios reprimidos… Veremos qué personaje nos estamos empecinando en protagonizar y cómo nos está complicando la existencia. Veremos también cuántas posibilidades tenemos de ser los roles que queramos, pues SOMOS ACTORES DE NUESTRA VIDA. Cuando uno se sabe más que una. personalidad, un cuerpo material y finito … la alegría puede empezar a emerger. Podemos jugar a ser.